miércoles, 13 de julio de 2011

Seamos personas

Me pregunto si esto de la vida... ¿No será una visión óptica que se perdió en el espacio... o tal vez sea real?

Pasa el tiempo. Nos sentamos en una habitación y sigue corriendo el aire de un sitio a otro. El segundo que hoy vivimos se nos va delante de nosotros. Que escalofrío siento, cuando miro una foto y veo a ese niño que fui. Recuerdo ese instante en el que miraba inocente a ese objetivo. Lo que no sabía, es que más tarde, sería el recuerdo de un momento que ya pasó. De esa sonrisa que uno perdió. De esa inocencia, de ese espíritu libre de cargos.

Me doy miedo, porque, ya se las cartas a las que juego. Porque sé que en esta vida todo pasa, que las desgracias están a la orden del día y que el respeto por las ilusiones se dejaron de lado. Que nadie te regala nada, porque ya no tiene uno esa cara de niño como era antes. Y sobre todo, porque ya se vivió el momento y jamás volverá... La responsabilidad de una vida ya tiene un solo dueño.

Pero...
Hay mucho camino que recorrer, y sabias palabras que escuchar, para poder ver todo con una luz más eficaz. Quedará ese abrazo, porque siempre habrá vidas a las que una sola presencia ya les basta para llegar al punto de la felicidad. Y qué mejor que una oportunidad a esos que ya no tienen nada... A esos abuelos que un tiempo atrás se preguntarían como sería su día en un sillón, atados a una televisión. Son a ellos, los que hay que admirar y obedecer, porque saben mucho más que cientos de médicos y profesores. Porque su mente la fortalece la esperanza y la ilusión por tener un ratito más.

Mientras escribo y escribo, el tiempo se va. Una persona está muriendo, y otra acaba de llegar a la vida. Un hasta siempre y un bienvenido. Una rosa que se inclina al vacío y unos ojos cerrados que esperan verlo todo.
Debemos ser fieles a la vida, recibiendo lo que nos da y sabiendo afrontar lo que por momentos nos puede hacer ver que el camino se terminó. Debemos serles fieles ya que un día los latidos se apagarán. Y estos ya no podrán hablar, ni sentir, ni escuchar. Seamos personas, nada más...